EDUCACIÓN SUPERIOR EN VENEZUELA
LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN VENEZUELA A TRAVÉS DE
LA HISTORIA
- EL PAIS HOY Venezuela es un país relativamente pequeño, situado estratégicamente al Norte de América del Sur, con 916.000 Km2 de superficie y una población de 24,5 millones de habitantes, 6% de los cuales (esto es, millón y medio) son profesionales con educación superior. Se trata de un territorio con grandes riquezas naturales: petróleo, gas natural, hierro, oro, diamantes, muchos ríos con potencial hidroeléctrico y una gran variedad de ecosistemas y paisajes de indudable valor económico y turístico. Pero es, también, un país altamente dependiente de tres circunstancias difíciles de superar: la producción del petróleo (recurso natural no renovable y de precios muy volátiles), el cual cubre, por ahora, un tercio del presupuesto nacional; una deuda externa, cercana a 30.000 millones de dólares, y una producción industrial y agrícola que cubre menos del 40% de las necesidades de la población. Lo que significa que la gran riqueza de su territorio y de su talento humano no ha servido hasta ahora para mejorar substancialmente la calidad de vida de la mayoría de sus habitantes, quienes, entre otras deficiencias, sufren de notables carencias con respecto a empleo, salud, vivienda y educación. Es por eso que, como alguien ha dicho, Venezuela no es hoy más que un pueblo pobre que habita un país rico. En el Cuadro 1.A se presenta un conjunto de indicadores básicos (generales y educacionales) que permiten tener una visión global de las características y situación actual de este país para inicios del tercer milenio en comparación con el resto de naciones de América Latina. Desde luego, el cuadro mencionado, ni el texto que sigue, reflejan en detalle la situación y problemas de la educación superior venezolana, pero aportan elementos para su análisis. 6 Lo que sí nos parece válido es que para comprender la problemática actual de la educación superior en Venezuela, es necesario conocer su historia, y para ello se requiere tener presente que su evolución está íntimamente vinculada a la historia política del país. En efecto, cualquier intento de periodización de dicho proceso lleva a la conclusión de que la misma es un claro reflejo de las tres grandes etapas del devenir político nacional, esto es: (1º.) la etapa de conquista y colonización (1498-1810), tres siglos durante los cuales españoles y alemanes exterminaron en esta Tierra de Gracia (como la denominó Colón), a más de 300.000 indígenas y se fue conformando una sociedad multiétnica y multicultural en un largo proceso de contradicciones y guerras (entre españoles y criollos, blancos y mestizos, propietarios y esclavos, pobres y ricos, gobierno y oposición); (2º.) la etapa de construcción de la república (1811- 1958), caudillesca, de rebeliones y guerras civiles incontables, pero de consolidación nacional, que se inicia con la declaración de independencia política del país y se cierra con la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez; y, (3º.) la etapa de la democracia en sus dos fases: representativa o formal, entre 1958 y 1999; y la participativa, que nace con la promulgación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el 20 de diciembre de 1999.
- LA ETAPA COLONIAL A diferencia de Perú y México, naciones que antes del siglo XV tuvieron culturas indígenas de gran desarrollo y en las cuales, si se profundiza conceptualmente, podrían identificarse elementos de lo que hoy denominamos educación superior, el territorio que hoy es Venezuela estuvo habitado por un grupo numeroso de pequeñas tribus bastante primitivas, cuyos mayores adelantos estuvieron vinculados al cultivo de maíz y yuca, la alfarería y la construcción de terrazas para la defensa contra inundaciones. Por esta razón se debe considerar que la historia de la educación superior en este país comienza después de la llegada de los europeos a nuestro continente, más concretamente en 1592, cuando un grupo de españoles residenciados en Caracas, ciudad fundada en 1567 y hoy capital del país, solicitó al rey de España la creación de una Cátedra de Gramática y un Colegio Seminario que sirvieran para la instrucción de sus hijos. Sin embargo, debido a que esta ciudad fue pronto azotada por pestes, piratas, gran precariedad económica y conflictos internos, sus habitantes no pudieron ocuparse mucho de desarrollar esta idea. A ello se agregó el hecho de que en 1641 un terrible terremoto destruyó gran parte de la ciudad y con ella lo poco que ya se había levantado del Colegio Seminario. La desolación fue tal que por casi tres décadas este asunto permaneció diferido ante la necesidad de atender prioridades de supervivencia. Por todo lo anterior, y debido al exiguo número de habitantes de Caracas, durante mucho tiempo sólo funcionó la Cátedra de Gramática (educación secundaria de esa época), como expresión de la educación más alta. El Seminario, como inicio de la formación teológica, cuya creación fue autorizada por el Rey Felipe II en 1592, fue inaugurado y comenzó a funcionar 104 años después, el 29 de Agosto de 1696, con el nombre de "Magnífico y Real Seminario Colegio de Santa Rosa de Lima", siendo su rector el obispo peruano fray Antonio González de Acuña. Pero este establecimiento sólo sirvió por muchos años a una pequeña parte de los aspirantes, puesto que quienes deseaban una formación universitaria tenían que viajar a Santo Domingo, Bogotá o México. Lo costoso de hacer los estudios en lugares tan lejanos hacía que la enseñanza superior quedara reservada para los hijos de las familias más acomodadas de los españoles y de los blancos criollos. Después de innumerables diligencias ante la Corona española, el Rey Felipe V, mediante real cédula fechada en Lerma el 22 de diciembre de 1721, decretó la creación de una universidad a la cual un año más tarde el Papa Inocencio XIII le concedió el carácter de Pontificia. Y así, en el antiguo Seminario de Santa Rosa se instaló ese año la "Real y Pontificia Universidad de Caracas", que, a manera similar a otras de Hispanoamérica, no tenía otra misión que defender los intereses de la corona y velar por la pureza de la 7 religión católica, de cuya Iglesia dependía. En ella se enseñaba teología, leyes, medicina y artes, pero la formación eclesiástica era la misión más importante. Para ingresar como alumno en esta casa de estudios se requería presentar un testimonio “de vida y costumbres”, con documentos y testigos, para probar que se era blanco, hijo de legítimo matrimonio, descendiente de cristianos “limpios de toda mala raza” y de buena posición económica. Todo lo cual implicaba que no podía ingresar a ella sino un sector muy restringido de la comunidad. Los estatutos coloniales de esta universidad comenzaron a regir en 1727, pero fueron modificados por disposición real en 1784. Los nuevos estatutos establecieron la elección del Rector por parte del Claustro (compuesto por los profesores de la universidad y los doctores residentes en la ciudad) en lugar de ser designado directamente por el Obispo, como era lo acostumbrado. Se autoriza a la Universidad para otorgar los títulos de Bachiller, Licenciado, Maestro y Doctor en diferentes campos del conocimiento y, como en otras partes del mundo de esa época, se dispone que el título de Doctor en Teología sea el grado académico más alto y exigente. El primer título de Doctor fue otorgado el 17 de abril de 1785 y se hizo en el campo de la medicina, al médico venezolano Francisco Molina. Este título (que todavía hoy es el grado más elevado que concede la mayoría de las universidades) se otorgaba en esa época sin el requisito de trabajo académico sistemático, extenso y supervisado como sucede con los estudios de postgrado en la actualidad. En efecto, como en todas las universidades, medievales o coloniales, la única exigencia académica, adicional a la Licenciatura, para obtener dicho grado era la lectura pública de una "tesis", la cual consistía generalmente en la exposición y defensa, ante un Jurado designado por el Rector, de un tema controversial o novedoso escogido por el candidato, lo cual culminaba con un acto académico en la capilla universitaria, un colorido desfile por las calles de la ciudad y una fiesta pomposa pagada por el doctorando (Leal, 1981). En los últimos años del siglo XVIII y primeros del XIX, en esta Universidad comienzan a penetrar las ideas racionalistas de la Ilustración europea gracias al Dr. Baltazar de los Reyes Marrero, profesor de matemáticas, quien introduce el estudio de la filosofía racionalista de Locke, Newton, Spinoza, Leibnitz, Descartes y otros pensadores europeos y, bajo el influjo de las nuevas ideas, se rechazan las que predominaban en el modelo de universidad colonial, particularmente las de Santo Tomás, Aristóteles y Justiniano. Estas ideas, junto con la invasión de España por Napoleón y las contradicciones existentes entre blancos criollos y españoles, entre pardos y blancos y entre propietarios y esclavos, dan lugar a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX a numerosos levantamientos y rebeliones que condujeron, como en otras regiones de América Latina, a la Guerra de Independencia que se inicia formalmente en Venezuela el 5 de julio de 1811 y termina diez años después.
- LA CONSTRUCCIÓN DE LA REPUBLICA Venezuela logró su independencia de España en 1821 con la Batalla de Carabobo, después de muchos movimientos revolucionarios y de batallas dirigidas por Simón Bolívar. Pero lo hizo formando parte de la Gran Colombia, proyecto bolivariano aprobado en el Congreso de Angostura (en 1819), que se disolvió en 1830 por rivalidades entre varios de quienes fueron héroes de la independencia. El proyecto grancolombiano incluía, además de Venezuela, a los departamentos de Nueva Granada (hoy Colombia y Panamá) y Quito (hoy Ecuador), pero una vez desintegrado, en Venezuela se inicia una larga serie de guerras civiles que impidieron durante el siglo XIX su desarrollo económico y social, y por lo tanto, educativo. 8 Una vez lograda la independencia, en la Universidad de Caracas se iniciaron cambios que fueron reemplazando el modelo elitesco y eclesiástico, por la llamada universidad republicana, más dinámica, tolerante y científica. En 1827, Bolívar, como Presidente de la Gran Colombia designa Rector de la Universidad al médico y Doctor José María Vargas y con su asesoramiento y el del letrado José Rafael Ravenga, realiza una gran reforma de la universidad mediante un Decreto emitido el 24 de junio, con lo cual la vieja casa de estudios, ahora denominada Universidad Central de Venezuela (UCV), se convierte en una institución con gran autonomía organizativa y académica, reforzada por el hecho de que se le otorgó en patrimonio la propiedad de varias haciendas. El Estatuto bolivariano de 1827 incorporó nuevas cátedras y laboratorios, sobre todo en las áreas de Matemáticas, Física y Ciencias Naturales; se redujeron o eliminaron las restricciones raciales, económicas y de tipo religioso para el ingreso a la universidad y se eliminó el latín como lengua oficial de enseñanza. Las reformas posteriores fueron lentas el resto del siglo XIX debido a la inestabilidad política. En 1856 la sede de la Universidad Central fue trasladada de su edificio original (hoy Palacio Municipal) al edificio del antiguo Convento de San Francisco (hoy Palacio de las Academias), y permaneció allí hasta 1953, cuando fue mudada a la moderna sede de la Ciudad Universitaria de Caracas situada cerca del centro de la ciudad y declarada por la UNESCO, en el 2.001, patrimonio cultural de la humanidad. Para mediados del siglo XIX la estructura académica de la Universidad Central se asemejaba bastante al modelo napoleónico, esto es, se había sustituido la estructura unitaria de la universidad colonial y la formación general que se daba en las Facultades de Artes, por un conjunto de escuelas aisladas, cuya función primordial era la formación profesional especializada. Es así como al ser reorganizada en 1858, la UCV estaba constituida por las facultades de Ciencias Eclesiásticas; Ciencias Políticas; Ciencias Médicas; Ciencias Naturales; Ciencias Físicas, Matemáticas y Filosóficas; y Humanidades (Barrios, 1984). En 1870 el Presidente Antonio Guzmán Blanco, un autócrata progresista, le elimina la autonomía argumentando que la Universidad existente era “un nidal de godos y oligarcas”. Con el modelo napoleónico de universidad se afirma en Venezuela, desde el último cuarto del siglo XIX, el pensamiento positivista y evolucionista. Lamentablemente, hasta 1935 este proceso no contó con un marco político favorable, pues las largas autocracias de los generales Cipriano Castro (1902-1904 y 1905- 1908) y Juan V. Gómez (1910-1935) sometieron al país a un silencio y aislamiento que, pese a los movimientos de protesta estudiantil como los ocurridos en 1928, atrofiaron el desarrollo institucional, hasta el punto de que la Universidad Central estuvo cerrada por 10 años, entre 1912 y 1922 (Navas, 2001). La segunda universidad creada en Venezuela fue la de Mérida (hoy Universidad de los Andes), la cual nació a partir del Seminario de San Buenaventura, fundado en 1785 por el obispo Juan Ramos de Lora. Este seminario fue elevado al rango de Universidad por el gobierno español en 1808 pero, debido a la guerra de independencia, no pudo iniciar su funcionamiento sino en 1832, y lo hizo muy irregularmente, al constituirse el país como república soberana. La tercera universidad fue la de la Maracaibo, fundada en 1891 y la cuarta la de Valencia en 1892 (refundada como de Carabobo en 1958), pero estas dos últimas, como la de Mérida, tampoco lograron funcionar por mucho tiempo. Durante la segunda mitad del siglo XIX la universidad venezolana vivió algunas etapas de cierto esplendor, pero predominaron las de decadencia debido a la inestabilidad política, las crisis financieras y al intervencionismo oficial que eliminó su autonomía. Fueron largos años de luchas caudillescas por el control del poder político de la nación, lo cual afectó la evolución del sistema educativo en su totalidad. Un hecho de gran importancia, sin embargo, fue la promulgación, el 27 de Junio de 1870, del Decreto de Instrucción Pública, Gratuita y Obligatoria, ratificado en el Código de Instrucción Pública de 1897, 9 mediante los cuales se establece el principio de la gratuidad de la enseñanza en universidades, colegios y demás institutos nacionales. En el siglo XX, Venezuela vivió dos largas y cruentas dictaduras que pacificaron el país (la de Juan Vicente Gómez, por 26 años desde 1909 y la de Marcos Pérez Jiménez, por 10 años desde 1948), pero estos regímenes poco hicieron por la educación, hasta el punto de sólo dos universidades (la Universidad Central y la de Los Andes) funcionaron con cierta regularidad, aunque ellas continuaron siendo instituciones elitescas, hechas a la medida y gusto de los sectores sociales dominantes. En 1918 se produce en Argentina el llamado Movimiento de Córdoba --el primer gran cuestionamiento de la universidad latinoamericana-- cuyos efectos se tradujeron principalmente en fortalecer las luchas por la autonomía y el cogobierno universitarios dando poder electoral a los estudiantes. Sus ideas se extendieron a casi todos los países de la región, entre ellos a Venezuela, aunque en este caso tardíamente debido a los largos períodos dictatoriales que finalizaron en 1958. En todo caso, este movimiento influyó muy poco en lo académico. Para la primera mitad del siglo XX, Venezuela se caracterizó por ser un país de población eminentemente rural, con agricultura de subsistencia y una industria incipiente concentrada en la zona central. En este lapso no hubo crecimiento significativo de la matrícula escolar y por ende no se crearon nuevas instituciones de educación superior. Durante el período 1899 a 1935 las universidades continuaron su función de capacitar, fundamentalmente, para las profesiones liberales y clásicas: Derecho, Medicina e Ingeniería. En 1916 se incorporaron a la Universidad Central de Venezuela los estudios de Farmacia y en 1922 los de Odontología, carreras que a partir de 1928 se ofrecieron también en la Universidad de Mérida. En 1935 muere el dictador Juan Vicente Gómez y en los diez años siguientes, con los gobiernos de los generales Eleazar López Contreras (1936-1941) e Isaías Medina Angarita (1941-1945), se inicia un proceso de apertura política y de cambios sociales y económicos. Se realizaron inversiones en la agricultura y se tomaron medidas para comenzar el proceso de industrialización del país. En materia educativa se adelantaron decisiones de importancia que contribuyeron a la expansión y mejoramiento cualitativo del sector. Se crearon Escuelas Normales para la formación de maestros de educación primaria y el Instituto Pedagógico Nacional en 1.936, para capacitar profesores para la educación media. En las universidades se hacen los primeros intentos por salir del modelo exclusivista de las profesiones liberales y por articular más su misión con necesidades socioeconómicas del país. Y así, en este período, en la Universidad Central se crearon Facultades de Agronomía, Veterinaria (1.937), Economía, Arquitectura, Ciencias y Humanidades y Educación. Las Facultades más antiguas de Ciencias Jurídicas y Políticas, Ingeniería y Medicina, fueron modernizadas y se crearon los primeros institutos de investigación. En 1940 se dicta una Ley de Universidades que otorga cierta autonomía a estas instituciones. En 1945 una coalición cívico-militar produce un golpe de estado, derriba al General Medina Angarita y establece un gobierno populista que dura tres años pero que, en ese lapso, establece el sufragio directo para la elección del Presidente de la República, concede a la mujer y a los analfabetas el derecho al voto y dicta un "Estatuto Orgánico de las Universidades Nacionales" que elimina la poca autonomía universitaria existente “para contrarrestar el carácter reaccionario del Claustro”. En 1946, se reabre, con el nombre de Universidad del Zulia, la Universidad creada en Maracaibo en 1891. Sin embargo, la esperada transformación y expansión del subsistema de educación superior se vieron frenadas con el derrocamiento del Presidente electo, el escritor Rómulo Gallegos, y la implantación de un nuevo régimen dictatorial de un triunvirato. Las décadas de los años 40 y 50 se caracterizan por el inicio de la explotación a gran escala de yacimientos petroleros y la conversión de país rural y agrícola en país urbano dependiente casi exclusivamente de ese recurso natural. Los ingresos por el “oro negro” permiten al gobierno de la Junta 10 de Gobierno de 1945-48 y del General Pérez Jiménez (1948-58) ejecutar una política de desarrollo económico basada en la construcción masiva de obras de infraestructura y de industria pesada. Las necesidades de personal capacitado fueron solucionadas a través de la inmigración de obreros, técnicos y profesionales europeos. Para 1950, Venezuela, con cinco millones de habitantes, sólo tenía funcionando tres universidades (Central, de Los Andes y del Zulia) y un instituto superior de formación docente (el Instituto Pedagógico) en los cuales cursaban estudios unos 6.900 estudiantes. La dictadura imperante en este periodo no fortaleció la educación superior y, por el contrario, los universitarios fueron abanderados de resistencia contra el régimen. Las actividades académicas sufrieron varias interrupciones, fueron sometidas a estricto control oficial y en 1953, el Ejecutivo Nacional junto con dictar una Ley de Universidades antiautonómica autorizó, por primera vez, la apertura de universidades privadas, la Universidad (laica) Santa María y la Universidad Católica Andrés Bello, ambas en Caracas. Durante este periodo las universidades se limitaron a establecer nuevas carreras, pero mantuvieron intacta su estructura académico-organizativa tradicional, el plan de estudios rígido, el carácter elitesco, la enseñanza magistral y el casi nulo desarrollo de las actividades de postgrado y de investigación. Las oportunidades de estudios superiores eran bastante escasas en cuanto a número y opciones profesionales y las clases populares tenían pocas posibilidades de ingresar a este nivel educativo. En lo que se refiere a los estudios de postgrado --en cuanto actividades formales de educación avanzada--, ellos se inician en 1936, cuando se crea en Maracay la Escuela de Malariología, dependiente del Ministerio de Sanidad, y en 1937 se dicta en ella sobre paludismo (enfermedad que azotaba a gran parte de la población) el primer curso de postgrado en el país. Cuatro años después, en 1941, la Universidad Central de Venezuela adscribe a su seno y norma los cursos de Tisiología e Higiene que el Ministerio de Sanidad venía dictando desde 1937, con lo cual da inicio a los estudios sistemáticos y permanentes de postgrado en Venezuela.
UNIVERSIDADES, las cuales son de tres tipos:
*Universidades Nacionales Autónomas: o sea instituciones que disponen de autonomía organizativa
para dictar sus normas internas; autonomía académica para planificar, organizar y realizar sus programas
de investigación, docencia y extensión; autonomía administrativa para elegir y nombrar sus autoridades y
designar su personal docente, de investigación y administrativo; y autonomía económica y financiera para
organizar y administrar su patrimonio. Por lo general, estas instituciones tienen programas de formación
profesional en más de dos campos del conocimiento.
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*Universidades Nacionales Experimentales, las cuales han sido creadas por el Estado venezolano con el
fin de ensayar nuevas orientaciones y estructuras académicas y administrativas. Estas universidades
pueden gozar de cierta autonomía determinada por las condiciones especiales de su experimentación
educativa. Su organización y funcionamiento se rige por reglamentos dictados por el Ejecutivo Nacional
(Artículo 10 Ley de Universidades).
*Universidades Privadas, las cuales son fundadas por personas naturales o jurídicas de carácter privado,
se rigen en lo académico por la Ley de Universidades y para poder funcionar requieren de la autorización
del Ejecutivo Nacional. Estas instituciones sólo pueden abrir aquellas facultades y carreras que sean
aprobadas por el Consejo Nacional de Universidades (Artículo 173 Ley).
(B) INSTITUTOS Y COLEGIOS UNIVERSITARIOS, que son instituciones especializadas en una o
muy pocas áreas del conocimiento, y pueden ser:
*Institutos Politécnicos: los cuales desarrollan programas teórico-prácticos en el campo de la ingeniería.
Los planes de estudio tienen una duración, estructuras y requisitos similares a los de las facultades de
ingeniería de las universidades y otorgan el título de Ingeniero o de Técnico Superior Universitario (TSU),
en la especialidad correspondiente. Ejemplos de este tipo de institución son los Institutos Universitarios
Politécnicos “Santiago Mariño” y el “Monseñor Arias Blanco”, ambos privados.
*Institutos Pedagógicos: los cuales se especializan en la formación de personal docente para los niveles
de Educación Preescolar, Básica y Media Diversificada y/o Profesional. Estos otorgan títulos de Profesor
en la especialidad correspondiente(o de Licenciado los pedagógicos públicos al ser integrados en la
Universidad Pedagógica Libertador). Hay institutos pedagógicos oficiales en Barquisimeto, Caracas,
Maturín, Maracay, Turmero, Los Teques y Rubio; y un pedagógico privado en Caracas.
*Institutos Universitarios de Tecnología: los cuales son instituciones que enfatizan la formación
profesional práctica conducente a títulos de Técnicos Superiores en carreras cortas ( dos y medio a tres
años de duración) vinculadas al sector industrial. Entre estos institutos se encuentran: el Alonso Gamero
en Coro y el de Tecnología Bomberil en Caracas.
*Colegios Universitarios: que son instituciones de educación superior destinadas a la formación
profesional en carreras de corta duración y permiten continuar estudios en niveles más avanzados en otras
instituciones. Otorgan el título de Técnico Superior en la especialidad correspondiente. Los más antiguos
son el de Caracas y el de Los Teques.
*Institutos Universitarios: son instituciones creadas para la formación de Técnicos Superiores en las
diversas disciplinas requeridas para el desarrollo del país. Gran parte de estas instituciones son creadas
por iniciativa privada. Entre estos se encuentran: el de Artes Plásticas (oficial) y el de Audición y
Lenguaje (privado)
*Institutos Universitarios Eclesiásticos: son instituciones de formación eclesiástica con rango
universitario, creadas para capacitar profesionales para la acción religiosa con proyección social. Los dos
existentes de este tipo son: el Santo Tomás de Aquino en Palmira y el Padre Ojeda en Los Teques.
*Institutos Militares Universitarios: que son instituciones destinadas a preparar oficiales de la Fuerza
Armada Nacional. Los más antiguos son: la Academia Militar, la Escuela Naval y la Escuela de Aviación
Militar.
*Institutos de Investigación que realizan actividades docentes a nivel de postgrado como el IVIC
(oficial) y el IESA (privado).
http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001315/131594s.pdf
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